En esta ocasión se presentaron reposteras amateurs y cada torta se donó a una institución.
Verónica Gonzalez Antúnez eligió como decoración la pesca en el lago y contó que hizo una torta parecida a la que había hecho hace un tiempo para su abuelo que ama la pesca. "Me enteré y quise participar porque me encanta", contó en diálogo con el Digital. Verónica donó su torta al CAINA niños.
Sofía Rosales es alumna de la Escuela de Hotelería y Gastronomía de Bariloche y decidió presentarse también y donar su torta para el CAINA Adolescentes. Hojas otoñales y un esquiador adornan su torta. Cuenta que quiso participar porque siempre le gustó la repostería y este año curso esa materia en la escuela. Reconoció que lo que más trabajo le llevó fue la decoración, con fondant y colorantes para las hojas; crema de chocolate y merengue italiano y de relleno, mousse de mate cocido.
Señala que dado que había qeu elegir algo que represente lo regional pensó en el chocolate, y un toque de mate cocido, porque "al ir a los refugios de montaña siempre hay mate cocido". En su torta quiso mostrar la transición del otoño al invierno y por eso el colorido de las hojas, con lluvia de azúcar impalpable. Finalmente, un esquiador de caramelo.
Sandra Plana es profesora del Curso Anual de Repostería de la Escuela de Hotelería, un curso de formación profesional y señaló que decidió participar para que los chicos puedan mostrar lo que aprenden a lo largo del curso. Contó que entre todos hicieron la torta, que fue donada al Hogar Emaús. Agregó que estaban muy entusiasmados y con ganas de participar.
FInalmente, las hermanas Yolanda y Leonor Mansilla contaron que decidieron participar para ser parte de la fiesta pero reconocieron que sólo hacen tortas para los cumpleaños. Eligieron como motivo de decoración un muñeco de nieve con el slogan: Bariloche Quiero Estar ahí. Será donada al centro de jubilados La Paloma.
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